Tienes una carta

Tienes una carta

¿Te das cuenta de que está pasando a la historia una de las costumbres más bellas? Una costumbre que, al mismo tiempo, era una necesidad de comunicarse, ha dejado mucha información sobre los siglos pasados y ha contribuido de modo importante a la historia humana, se está quedando en el pasado. Hablo de la epistolografía – el arte de escribir cartas.

Querida Amiga y muy Estimado Amigo, tú mismo ¿Cuándo es la última vez que has escrito una carta? O ¿cuándo la has recibido? No hablo de las “cartas” que te envía el banco o El Corte Inglés sino de una de esas verdaderas cartas, escritas a mano, en las que no solo informabas a alguien sobre hechos, sino que compartías tus emociones, reflexiones, proyectos, deseos, etc. Cuando un ser querido te hablaba al alma y, a pesar de la distancia, te sentías unido a esa persona. ¿Te acuerdas de aquellos momentos cuando esperabas con ansia una carta de alguien que estaba de viaje? ¿Te acuerdas de cuánto deseabas que llegara la carta de tus padres mientras estabas en un campamento? ¿O cuando tus hijos iban de vacaciones y las cartas tardaban?  Las cartas decían mucho, consolaban, informaban, traían alegría o podían destrozar alguna vida… y han pasado a la historia.

Claro, han cambiado los tiempos y ahora nos comunicamos por medio de mensajes que son más rápidos, y los enviamos en cantidad. Pero… estos contienen casi siempre solamente información, acuerdos, a veces mensajes muy bonitos, muy bien elaborados y muy atractivos pero en su mayoría copiados, sin el toque personal, sin reflexión propia. Algo así como la producción en masa comparada con una pieza artesanal y, si hablamos de las cartas, se puede decir que una pieza artesanal hecha solo para ti.

Yo, por suerte, tengo una amiga que me manda cartas y, aunque ya no vienen a través del correo, igualmente me hacen ilusión y también me da mucha alegría poder escribirla.

Vas a pensar que me entró la nostalgia, pero hoy te invito a recordar las mejores y más bonitas cartas que has recibido o has enviado a lo largo de tu vida. Lo bueno de las cartas escritas en papel es además esto: las puedes guardar, incluso durante años, y releerlas cuando más las necesitas. Tal vez entre las cosas que solemos hacer en verano podría estar también esto: abrir la caja de las cartas antiguas y releerlas.

Las cartas tenían también un valor terapéutico, alguien te confirmaba negro sobre blanco que todo iría bien, que te amaba, que tú tenías el valor, que la otra persona se acordaba de ti y… mucho, mucho más.

Y ahora nadie escribe cartas. Y ahora nadie te las escribe a ti y tú tampoco.

¿Nadie? ¿De verdad que nadie? Pero ¿por qué no puedes escribirla tú? Si, Tú, Querid@ Lector@. Escribe una carta.

Durante la formación en la Escuela de Coaching teníamos que aplicar a nosotros mismos todas las herramientas que luego íbamos a emplear. En una de las primeras clases, la tutora nos invitó a escribir una carta. Iba a ser una carta a mi yo del futuro. Ante las expectativas e incertidumbres relacionadas tanto con el curso como con el futuro, cada alumno tenía que escribirse una carta. En esa carta había que darse mucho ánimo, apoyo a uno mismo, un amor incondicional y toda la ternura que cada cual desearía recibir de un ser querido. También había que describir con bastante precisión cómo quería sentirse cuando acabara el curso, dónde quería llegar y qué conseguir. Otro punto era agradecerse por el esfuerzo empleado y por conseguir las metas deseadas. Escribí aquella carta y la envíe al buzón de la Escuela. Pasaron los meses. La había olvidado, supongo que como la mayoría de los compañeros, cuando de repente un día me llegó una carta de “alguien muy especial para ti”. Era mi carta. Reconozco que me emocioné al leerla: no me la esperaba, no esperaba tanto cariño ni tanto apoyo pero, sobre todo, no esperaba que todo lo que había descrito en esa carta se estaba cumpliendo. La Yo de ahora era la descrita en la carta de hacía meses.

ESCRÍBETE UNA CARTA. De cara a unos cambios importantes, ante un futuro incierto, cuando sientas miedo o inquietud: escríbete una carta. Envíala a tu YO del futuro. Dile lo mucho que le amas, que le apoyas, que le agradeces el esfuerzo al que se compromete. Describe con mucho detalle cómo quieres sentirte cuando lo consigas, quien serás cuando lo hagas, que cambiaría en tu vida. Habla de corazón, no te cortes, no seas tacaño ni miedoso. Tu mente y tu corazón se harán responsables y se encaminarán para un futuro trazado. Envía tu carta a ti mismo, hazlo incluso por el correo tradicional. Y léela de vez en cuando.


También puedes escribir a tu YO del pasado. Tal vez hay algo que te pesa, que no se siente perdonado o que debes perdonar. Escribe una carta en la que puedas perdonar a tu yo del pasado, donde puedas cerrar el pasado y abrir una nueva etapa en tu vida. También puedes escribir a otra persona del pasado. Existen relaciones mal cerradas, que parecen tener vida propia en nuestras mentes. Escribe la carta, explica tus razones, las que nunca pudiste decir, escribe tu dolor o tus desilusiones, perdona o pide perdón, lo que sea necesario. Y cierra el pasado.

Otra ocasión para escribirte una carta son los momentos de soledad, problemas de toda índole, sufrimiento o tristeza. Todos, absolutamente todos, pasamos por días grises. Viene la soledad o la enfermedad y no encuentras a tu alrededor una mano que te ayude o una palabra que te consuele. En vez de montar en tu mente películas de terror, en vez de apiadarte de ti mismo como si fueras el ser más desgraciado del mundo, ACTÚA. Escríbete una carta de consuelo, una carta de cariño y cercanía. Pues eres tú quien sabe lo que realmente necesitas. Busca palabras que te ayuden a levantar el ánimo. Tú las conoces más y mejor que nadie. Escríbete como si fueras tu mejor Amigo, escribe lo que querrías oír. Escribir te sacará del círculo vicioso de la autocompasión, y al mismo tiempo tu mente se programará para activar tus propios recursos y buscar soluciones.

ASÍ QUE YA NO ESPERES MÁS, Y ESCRÍBETE UNA CARTA, LA ESTÁS ESPERANDO.                

2 Comments
  • Lena
    Posted at 16:02h, 02 agosto

    Una vez alguien me aconsejó escribir la carta a la persona que me había lastimado y yo nunca fui capaz de decírselo. Lo hice y todo el rencor y dolor que estaba dentro de mi se curó. Es verdad y eso funciona.

  • Terri Kimes
    Posted at 14:52h, 11 agosto

    this is a interesting piece of writing