Sé Picasso

Sé Picasso

Cuando era niño mi madre me dijo: si eliges ser soldado, serás general, si eliges ser sacerdote, serás Papa. Fui pintor y llegué a ser Picasso.

Querida Lectora y Estimado Lector, comparto contigo esa frase genial aunque reconozco que no soy fan de Picasso, ni como pintor ni como persona. Sin embargo, la frase me parece directamente genial. No sabemos lo que pensaba su madre cuando quiso inspirar a su hijo con estas palabras. Pero la respuesta que le dio Picasso con su vida es lo que haría feliz a cualquier madre.

Fui pintor y llegué a ser Picasso. No todos necesitamos llegar a ser generales o Papas. Sin embargo, todos necesitamos a llegar a ser Picasso. No se trata de ejercer cualquier profesión y ascender siempre, ser vistos por los demás con envidia, tener mucho dinero, ser conocidos a nivel mundial o tener “éxito” a ojos de los demás. Hay personas a las que eso no les interesa, hay otras a las que les interesaría pero su situación personal, obligaciones y compromisos serios simplemente no les permiten realizar su profesión soñada o llevar a cabo la vida que desean. A veces la falta de salud priva a las personas de la posibilidad de ejercer cualquier profesión. Entonces, ¿cómo puede uno “llegar a ser Picasso”?

¿Has pensado alguna vez en esto, Querid@ Amig@? ¿Puedes llegar a ser Picasso? Y si tu respuesta es que sí, ¿Cómo puedes hacerlo?

En realidad, este post podría terminar aquí, dejándote con las preguntas y permitiéndote buscar tus propias respuestas. Por supuesto que te invito, como siempre, a buscarlas personalmente. En realidad, lo que encuentras en tu mente, en tu corazón y en los espacios mucho más profundos de tu ser es lo que tiene más valor y más peso para tu propia vida.

Si no tienes talento artístico, tal vez pienses que nunca podrás ser Picasso. Desde luego que no, Picasso es único. Y no es simplemente porque fuera un pintor genial (aunque a muchos sus obras no les gusten o no les interesen). El fenómeno Picasso nos enseña otras verdades sobre el ser humano. Picasso, Querid@ Lector@, se atrevió a salir fuera de lo de siempre, de lo conocido y aceptado comúnmente. Se atrevió a ser tal y como él quería. Encontró su propio modo de hacer arte, de pintar sin pensar si eso le gustaba al público o no. Se atrevió a ser libre y a expresar su propio ser a través del arte. Puedes pensar, quizá, que sin duda él era un genio y, por tanto, forzosamente tenía que salirle bien todo lo que hacía. No necesariamente.

Cuando alguien se atreve a buscar su propio camino, en cualquier área que sea, siempre corre el riesgo de quedarse solo, de no ser comprendido ni aceptado, de ser criticado y hasta abandonado o ridiculizado. Y el fracaso es muy probable. Desde luego, muchos han pasado por esa “Calle de la Amargura” cuando han emprendido algo nuevo, algo que hasta ahora no se hacia de esa manera. Para mí, en eso consiste el verdadero genio de Picasso, y el de miles o millones de otros seres humanos que se atrevieron a “ser Picasso”. No todos fueron artistas geniales, matemáticos o físicos extraordinarios, no todos descubrieron América o la penicilina. Pero creo que todos tenían algo en común. Y ese “algo” era la pasión por lo que hacían, y después la osadía de hacerlo a su manera.

Hacer algo a la manera de uno requiere mucho más coraje de lo que crees. En primer lugar, necesitas descubrir lo que verdaderamente te apasiona. Puede ser algo pequeño como tener tu propio jardín o hacer el pastel de manzana como nadie lo hace (y aunque tuviera la misma receta, no le saldría el pastel como te sale a ti). A veces sabes “desde siempre” lo que te apasiona, otras veces no es tan fácil descubrirlo. Tu saboteador interior te va a impedir de mil maneras que lo descubras y, si lo descubres, que lo hagas. Encontrará mil excusas, te presentará un millón de obstáculos (muchos de ellos totalmente reales) y, finalmente, se buscará una aliada perfecta en tu propia pereza e inercia. Otro aliado es el miedo. Miedo al qué dirán, miedo al ridículo, miedo a quedarse solo, miedo al fracaso, miedo a las obligaciones que habrá que afrontar luego…  Aquí puedes poner cualquiera de esos otros miedos que habitan en tu interior. Si consigues callar la mente, todas esas voces interiores te van a hablar con fuerza. Hay que escucharlas e incluso dialogar con ellas. Convencerlas de que eres consciente del peligro y agradeces mucho su preocupación por tu bienestar y seguridad pero que, a pesar de eso, quieres hacer lo que te parece importante.

Para ser Picasso necesitas salir de lo de siempre. Necesitas encontrar tu propio modo de expresarte a través del trabajo o de lo que haces fuera del trabajo. Necesitas salirte de la fila y atreverte a quedarte solo. Necesitas desnudar tu propio ser, quedar expuesto a las críticas o a la incomprensión. Y no es fácil, para nada. Sin embargo, SOLO CUANDO TE ATREVES A SER QUIEN ERES, ERES LIBRE. Solo cuando te atreves a dar forma exterior a lo que vives en tu corazón puedes hacer la diferencia.

Repito: puede ser algo pequeño, a primera vista insignificante. No importa. Si te atreves a salir de tu caparazón y actúas de acuerdo a lo que te dice el corazón, serás grande y serás Picasso.

No, no serás Picasso, para nada. SERÁS TÚ MISMO Y TU PROPIA UNICIDAD, TU PROPIA EXCEPCIONALIDAD PODRÁ ENRIQUECER EL MUNDO.

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