Las piedras de tu camino

piedras en tu camino Coach Elanie

Las piedras de tu camino

¿Veis esas piedras grandes? Tuve que colocarlas al principio, porque luego ya sería imposible.

piedras en tu camino Coach Elanie

Recordando sus primeros pasos en el complejísimo mundo empresarial, un alto ejecutivo contaba que en una ocasión presenció el curso dirigido por un Coach de fama internacional. Estaban reunidos varios ejecutivos, todos jóvenes y deseosos de destacar y de desplegar una exitosa carrera profesional. Todos a la expectativa, todos muy listos y muy profesionales, como recordaba con un poco de auto ironía. El famoso predicador entró en la sala de reuniones y puso su maletín en la mesa. Vacío el florero que estaba sobre la mesa y empezó a llenarlo con unas cuantas piedras que sacó del maletín. El florero se llenó rápido y entonces el predicador preguntó al auditorio: ¿puedo meter más piedras? No, le contestaron. ¿Está lleno? Si, fue la respuesta unánime. El predicador sonrío y del maletín sacó piedras más pequeñas. Empezó a colocarlas una a una entre las piedras grandes. ¿Ahora está lleno? Esta vez la respuesta tardó un rato y fue un poco más vacilante: sí, está lleno. El hombre nuevamente abrió el maletín y saco unas piedrecitas. Todos sonrieron y la escena se repitió. Con las piedrecitas llenó los espacios entre las otras piedras. Levantando la cabeza miró a todos y soltó la misma pregunta: Y ahora, ¿está lleno? Como el florero estaba lleno, la mayoría asintió: si, ahora esta lleno. Pero el predicador sacó una bolsa y empezó a llenar el florero con la arena que estaba en la bolsa. Se oyeron suspiros y risitas. Cuando terminó con la arena, nuevamente abrió el maletín y saco de él una botella de agua. Poco a poco, el agua se vertió entre la arena, las piedrecitas y las piedras más grandes. Ahora nadie tenía dudas: ¡El florero estaba lleno!

El Coach miró a todos con una serena sonrisa y preguntó al público: ¿Cómo interpretáis lo que acabáis de ver?

Querid@ Lector@, te voy a hacer la misma pregunta: ¿cómo interpretas lo que acabas de leer? Antes de seguir leyendo busca tus propias respuestas. Incluso anótalas o, por lo menos, repítelas un tu mente, hazte unas ideas claras. Si hubieras estado en aquella sala de reuniones, ¿qué habrías dicho?, ¿qué habrías pensado?

Entonces, seguía el relato, todos empezaron a comentar y, como todos deseaban sobresalir y destacar, se oyeron comentarios muy parecidos. Que hay que organizar bien el tiempo. Que el tiempo da para mucho. Que no se pueden dejar “lagunas” en nuestro modo de proceder, de agendar, de analizar los riesgos, etc.

El Coach observaba a todos y escuchaba en silencio. Por fin se acabaron los comentarios e interpretaciones. La sala se silenció. El predicador miró a todos los asistentes y, fijándose en los ojos de esos jóvenes, les dijo:  ¿VEIS ESAS PIEDRAS GRANDES? TUVE QUE COLOCARLAS AL PRINCIPIO, PORQUE LUEGO YA SERÍA IMPOSIBLE. ESAS PIEDRAS GRANDES SON VUESTROS PRINCIPIOS, SON LOS VALORES FUNDAMENTALES QUE TIENE CADA UNO. TENÉIS QUE SABER CUÁLES SON. TENÉIS QUE COLOCARLOS AL PRINCIPIO Y ASEGURAROS DE QUE ESTÉN BIEN COLOCADOS. Antes de que empecéis a correr vuestras carreras profesionales, antes de llenar las agendas de horarios y de compromisos. Los valores por los que queréis dirigiros, los que son vuestros fundamentos. No son muchos, cuatro, cinco, seis. Pero tienen que estar colocados antes, luego será imposible. Pensad qué queréis colocar en el florero de vuestra vida antes de cualquier otra cosa y cuidadlo. Es más fácil de lo que pensáis perder la noción de la importancia de las cosas. Nunca dejéis vuestros fundamentos. SI ESOS VALORES YA ESTÁN COLOCADOS, PODÉIS LLENAR EL FLORERO CON LO DEMÁS.

Dejó el florero en la mesa y se dirigió a la puerta. Quedamos en silencio. No sabíamos qué decir y, por lo demás, sobraban las palabras en aquel momento. Pero esta enseñanza se grabó en mi mente para toda la vida, seguía su historia el empresario.

Y ahora, ya puedes adivinar la siguiente pregunta. Sí, por supuesto te pregunto hoy por tus piedras colocadas en el florero. ¿Qué valores, qué fundamentos tiene tu vida? ¿Cuáles son los principios por los que te diriges? ¿Qué es lo que no se puede negociar?

Tal vez, ya que no eres un alto ejecutivo de ninguna multinacional, sonríes y crees que estas preguntas no se refieren a ti. SÍ, SE REFIEREN A TI TAMBIÉN.  No hay empresa más grande, compleja y complicada de gestionar que la vida de cada uno. Ocurre que la gente maneja grandes entidades, pero no es capaz de gestionar su propia vida, y los responsables de asuntos internacionales quizá no logran manejar su propia familia. Podemos llenar cada vida de piedras y piedrecitas pequeñas, pero también de arena, de agua o de lodo.

Por tanto, sé sincero contigo mismo y reconoce qué es lo que has metido como primera piedra en el florero de tu vida. Y la segunda, y la tercera… Y otras piedras, un poco más pequeñas, pero también importantes. ¿Qué contenido tiene el florero de tu vida?

Habrá “piedras” que hay que quitar para dejar sitio a valores y principios, a los asuntos que realmente te importan. Pero lo más importante en este momento es que lo hagas a conciencia. Que sepas qué metes en tu vida y por qué lo haces. No sea que el “florero” se te llene del todo y parezca más un ‘cubo’ que un ‘florero’.

Este tipo de ajustes se hace a lo largo del camino, no solo al principio de la carrera profesional. Y nunca es tarde para buscar lo que realmente queremos colocar dentro del florero de nuestra vida.

Si te das cuenta de que hay demasiada arena y mucha agua, y de que tal vez se ha hecho algo de barro y el florero esta demasiado lleno para colocar dentro algo importante que te gustaría tener ahí…  ¿qué vas a quitar de ese florero?, ¿de qué te gustaría llenarlo?, ¿cómo cambiaría tu vida si lo hicieras?, ¿quién serías si lo hicieses de verdad? 

 CUÉNTAMELO

 

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