El mundo perfecto

El mundo perfecto

El momento en el que te estoy saludando tiene algo mágico. Con la música de Mozart de fondo, el sol entrando por los cristales, el silencio de la mañana y el aire lleno de la promesa de que este día será un día inolvidable. Con mis mejores deseos para ti te saludo, Querida Amiga y muy Estimado Amigo, segura de que en algún sitio y momento nuestros caminos se cruzarán, aunque sea solamente por medio de la presencia de este post en tu vida.

Anoche escuché una ponencia del profesor Krzysztof Meisssner, físico teórico polaco, profesor de física, colaborador del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), amigo íntimo del Gran Colisionador de Hadrones y gran divulgador de una ciencia tan compleja y complicada como son las modernas teorías físicas.

Sin entrar en todo el meollo de su conferencia, quiero hablarte sobre una de las conclusiones que compartía con sus oyentes. Después de hablar de lo enorme y casi totalmente desconocido que es el Universo, dijo que toda la realidad conocida por nosotros (como también la desconocida) se rige por unas pocas leyes, inmutables y completas. Cuando se mira el mundo desde el punto de vista de la física se nos revela un mundo de increíble hermosura, sencillez, armonía, orden y elegancia. En una palabra, se nos revela un mundo perfecto. El profesor sonreía y decía: fíjense qué vocabulario estoy usando. Es un vocabulario propio del arte y, sin embargo, eso es lo que se ve contemplando las leyes físicas que rigen el Universo. La perfección de esas leyes es increíblemente bella. En física se ve aquella perfección primitiva que nos es tan difícil ver en el mundo humano, porque parece que hemos estropeado todo lo que se podía estropear. El mundo está contaminado por el ser humano. Cuando uno vuelve a la física puede contemplar la consecuencia inalterable y la invariabilidad de las leyes, se ve su belleza y el orden. El hombre no las cambiará. Por suerte, nunca será capaz de llegar hasta eso.

El profesor Meissner, con la lógica y el razonamiento propios de un físico teórico, demostraba que cualquier cambio en las leyes físicas y en las constantes, por mínimo que fuese, causaría de inmediato un total e inminente fin de ese mundo. Tanto la materia como la energía se desintegrarían. Es tan perfecto que ha alcanzado su límite y no se puede cambiar absolutamente nada.

Al vivir preocupados por nuestras cosas y cositas, ni nos damos cuenta ni somos capaces de percibirlo. De vez en cuando nos alarman anunciando un cometa que pasa al lado de nuestra Tierra, mientras las leyes siguen siendo tan perfectas que podemos sentirnos seguros como niños pequeños, cuidados por sus padres e incapaces de comprender hasta qué punto están arropados.

Creo que de vez en cuando cada uno de nosotros siente esa nostalgia de un mundo perfecto, bello e inmutable, que debe existir en algún sitio o en alguna dimensión. Aquí no la vemos, no la encontramos, pero podemos soñar en que existe.

Yo pensé en lo que decía el profesor Meissner. Unas pocas leyes que rigen el Universo. Y todo funciona. Y todo es perfecto. Mientras, al observar nuestro mundo que se rige por millones de leyes, normas, protocolos y gráficos no vemos por ningún lado ni orden ni belleza,… y de perfección ni hablemos. Verdaderamente, uno puede echar de menos la realidad elegante y simple de la física. Hemos construido un mundo súper complicado y súper complejo, al parecer cada día más complicado y más complejo. Innumerables regulaciones que no regulan nada. Y nosotros cada día más lejos de lo que pretendíamos: un mundo feliz, seguro y lleno de bienestar.

Entre tanta ley y tanta normativa, corriendo detrás de lo que nos parece absolutamente necesario, estamos lejos de la sencillez. ¡Bah!, me atrevo a decir que estamos cada día más lejos de lo que buscamos con tanto afán y, sobre todo, nos alejamos de nosotros mismos. ¿Acaso no somos capaces de funcionar también con unas pocas leyes? ¿De verdad que somos tan complicados, incapaces de regirnos por leyes simples, bellas y elegantes? Pues ¡claro que sí! Existe una magnífica y fundamental ley que puede y debe regir nuestras vidas, las vidas de los seres humanos, no la de las estrellas y galaxias. La conoces y todos la conocemos. Solo que se nos olvida constantemente.

 

ES LA SUBLIME LEY DE AMOR. EN REALIDAD ES ÚNICA, Y TODAS LAS DEMÁS LEYES Y NORMAS, LOS DERECHOS HUMANOS Y LOS QUE TIENEN LOS ANIMALES Y TODA LA NATURALEZA DERIVAN DE ESTA LEY FUNDAMENTAL.

Tenemos incrustado el amor en el corazón y en la mente. Fuimos diseñados con este principio y no podemos existir, ni crecer, ni desarrollarnos de verdad sin él. Somos muy diferentes, tenemos diferentes gustos, caras, capacidades y necesidades. De acuerdo. PERO TENEMOS ALGO QUE NOS UNE A TODOS, Y ESE ALGO ES LA LEY DEL AMOR.

Entra en tus profundidades, Querid@ Lector@, entra en tu corazón. ¿Qué es lo que más deseas para ti, para tus seres queridos? ¿Qué leyes y valores encuentras allí? ¿Cuáles querrías que fuesen? ¿Cuál de esas leyes incrustada en tu corazón podría embellecer tu vida? ¿Hacerla más feliz, más plena y completa?

¿Te acuerdas de la ley del amor? ¿De la lealtad? ¿De la verdad?

Simplifica tu vida, quita de ella miles de reglas innecesarias y entra en la órbita de la ley del amor. Introdúcela con más fuerza y convicción en tu vida, en tus valores y deseos, en tus actos de cada día. NO SOMOS ESTRELLAS Y NUESTRA PERFECCIÓN NUNCA ESTARÁ ACABADA, PERO SOMOS SERES HUMANOS Y TENEMOS MUCHO MÁS QUE CUALQUIER ESTRELLA. TENEMOS UN CORAZÓN Y ES TIEMPO DE HACER USO DE ÉL.

Te deseo a ti y me deseo a mí que nuestros mundos se rijan por esta ley única que puede cambiarlo todo.

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