Conoce a tus dos “YOes”

30 Sep Conoce a tus dos “YOes”

En uno de mis post anteriores mencioné a un tal Marquito, que de vez en cuando se convertía en Marcomaleducado, y cómo sus explicaciones sobre su comportamiento me ayudaron a explicar la teoría de las subpersonalidades. Pues bien, de nuevo estuve en su casa, y de nuevo su encanto y su modo de actuar me sirvieron de inspiración.

El crío, como ya he dicho, tiene cuatro años. Una edad estupenda para poder conseguir cualquier cosa, si no en la realidad, por lo menos en su imaginación, que a esa edad parece ser lo mismo. Así que, estando es su casa, presencié un diálogo suyo con su madre. La madre le llamaba para que viniera por algún motivo. Y de su habitación llegaba la voz: “no, yo no puedo, ven tú mamá”. Y la madre: “¿cómo que no puedes?, ¡ven ahora mismo!”. “No puedo, no tengo tiempo”. Y así unas cuantas veces. Finalmente, fuimos a ver qué pasaba y vimos que realmente no tenía tiempo, además de que estaba tan absorto que casi ni se daba cuenta de nuestra presencia. Con una caja grande de cartón estaba construyendo un edificio de varias plantas, y toda su atención, sus fuerzas y sus ojos estaban centrados en lo que hacía. No es que fuera desobediente ni maleducado. Era imposible interrumpir ese ataque de creatividad e ingenio. Tenía que terminarlo y en ese momento no existía otra cosa en el mundo para él. Entonces nos dio las explicaciones necesarias para comprender su idea. Ahí estaba todo: puertas, ventanas, baños, entradas al garaje, cocinas, los pisos completos; todo existía en su imaginación. Una idea completa, perfecta y llevada a cabo sin perderla de vista.

Eso es, pensé en mi interior, así hay que hacer si queremos ver cumplidos nuestros sueños y proyectos. No se puede perderlos de vista, no hay que dejarse llevar por ninguna distracción, cansancio o adversidad exterior.

No digo nada nuevo, porque todos más o menos lo sabemos ya y lo hemos experimentado más de una vez. La pregunta clave sería: ¿cómo conseguir ese tipo de atención? ¿Qué clase de atención nos puede ayudar para lograr los objetivos propuestos? Porque, claro está que siendo niños todos hemos tenido esa clase de atención, pero con el tiempo la hemos perdido o desperdiciado.

Timothy Gallwey en su bestseller El juego interior de tenis expone la idea de la existencia de dos “yoes”, y quiero servirme de su concepto para buscar algunas pistas y respuestas a estas preguntas. A nuestra mente crítica y consciente la llama YO número 1, y a la mente inconsciente unida al sistema nervioso la llama YO número 2.

No necesito explicarte mucho, Querid@ Amig@, qué es esta mente crítica.  La voz que siempre resuena en tu interior, la que te dice sin parar lo que tienes que hacer, la que te controla, la que siempre juzga y pone notas y etiquetas: malo, bueno, mediocre, tonto, educado, feo, sin sentido, encantador, etc., etc., etc.  En cada momento juzga, controla y reprime tanto tu propia persona, tu comportamiento, tus hechos y deseos, como los de los demás humanos, los de cerca y los de lejos, del mundo entero y hasta de Dios mismo; nada se libra de ese juez y controlador que es el YO 1. Entre tanta tarea que se propone el YO 1, la más importante es el control que ejerce sobre el YO número 2. Intenta ayudar, es cierto, pero imagínate que tienes que hacer algo, lo que quieras, empezando por preparar la comida, pintar una habitación, escribir un libro, conducir el coche o echar a correr. Y en ese mismo momento, algún familiar o amigo se coloca a tu lado y todo el tiempo te dice: lo haces mal, no es así, no sirves, no sabes, etc. ¿Cómo te sentirías? ¿Cómo avanzaría tu proyecto? Pues lo mismo te haces a ti mismo cuando todo el tiempo estás controlándote y criticándote. ¿Te puedes aguantar? ¿Cuánto te ayudas de esa manera?

Pero, sobre todo, el YO número 2 no es un pobrecito que necesita tanto control. Como dice Gallwey, el YO 2 “lo escucha todo, nunca olvida nada y es cualquier cosa menos estúpido”.

SI REALMENTE QUIERES PROGRESAR EN TU TAREA, PROYECTO O TRABAJO, EMPIEZA POR MEJORAR LA RELACIÓN ENTRE ESOS DOS “YOES” QUE SON DIFERENTES FACETAS DE TU PROPIA PERSONA: ENTRE LA PARTE QUE HABLA Y CONTROLA Y LA PARTE QUE ACTÚA.

LO QUE NECESITA EL YO 2 ES CONFIANZA Y ATENCIÓN. Y silencio. Mucho silencio. Haz callar a tu mente crítica, desvincúlate del continuo flujo de juicios, miedos, recuerdos o planes de cara al futuro y ve el objetivo que quieres conseguir ahora. Sólo eso. Visualiza de la manera más precisa posible lo que quieres conseguir, siéntelo, saborea, recréate en ello. Repítelo una y otra vez. Míralo de manera serena, sin perderlo de vista y permite que el YO 2 se entere de qué se trata. Y permítele actuar. Demasiadas instrucciones entorpecen al YO 2. Déjalo tranquilo y PERMITE QUE OCURRA. Concéntrate en lo que haces ahora y nada más. CONFÍA.

El post anterior comencé hablando de la fuerza creadora de la palabra. Ahora se trata de hablar menos, de hacer ese silencio que es una atención sin juicios, sin palabras, de quedarse íntegro en un acto de atención. Por eso empecé hablando de Marquito. Seguro que conoces momentos parecidos: CUANDO ESTABAS TAN ABSORTO EN ALGO QUE NO HABÍA LUGAR PARA NADA MÁS. En esos momentos no te preocupabas por los resultados, por lo que dirán, por cómo saldrá. Quedaba el momento presente, el único que se puede aprovechar. Y todo salía bien, todo fluía, no sentías cansancio, al contrario, parecía que se te multiplicaban las fuerzas.

Te invito a hacer las paces entre tus dos “yoes” y a disfrutar del camino que recorres cualquiera que sea. Te aseguro que vale la pena, porque tanto tú como yo necesitamos una buena comunicación entre los dos “yoes”, ya que solo entonces podremos aprovechar todo nuestro enorme potencial y disfrutar de él.