¿Cuántos segundos al día dedicas a agradecer?

¿Cuántos segundos al día dedicas a agradecer?

Dios te dio un regalo de 86400 segundos hoy. ¿Has usado uno para decir ‘gracias’? (William Arthur Ward)

¿Y si estos segundos se multiplicaran por los (casi ya) 365 días que hemos tenido este año? ¿Y si además los multiplicamos por los años de nuestra vida? ¿La tuya, Querida Amiga y también la tuya, Estimado Amigo? La pregunta es la misma: ¿cuántos de estos segundos hemos utilizado para dar las gracias?

Creo que es el momento adecuado: todos nos estamos preparando de una forma u otra para despedirnos del antiguo y dar la bienvenida al nuevo año del calendario. Incluso si no planeamos un gran evento para la Nochevieja o hacer grandes resúmenes del 2021, de una manera natural nos surge la reflexión sobre cómo aprovechamos los últimos meses, y también, como un punto fundamental en nuestra agenda, tratamos de hacer propósitos de cara al futuro. Porque el año que viene tengo que… y aquí dejo espacio para tu imaginación y para tus necesidades, Estimado Lector y Querida Lectora. No sé cuáles son tus planes, a qué quieres retarte y qué “tienes que hacer». Me permito poner esta bonita expresión entre comillas, porque suele ocurrir que lo que «tenemos que hacer» es lo que menos nos gustaría hacer y, por tanto, lo que tiene menos probabilidades de éxito.

Si miras con bondad los últimos meses, seguramente verás mucho, mucho bien y tus éxitos más pequeños o más grandes. Detrás de ellos está tu trabajo, compromiso, perseverancia y probablemente también alguna renuncia a algo o algún sacrificio. Detrás de ellos también hay muchas personas, sucesos, causas y coincidencias. ¿Te das cuenta? ¿Te agradeces a ti mismo por lo que haces? ¿Ves esos pequeños e insignificantes momentos en tu vida, los pequeños pasos que das, los gestos menudos que haces y que conforman la belleza y el valor de tu vida?

¿Percibes el bien, por pequeño e insignificante que sea, que recibes de los demás? Como nos recordó el Dr. Albert Schweitzer hay veces en que nuestra luz se apaga y con la chispa de otra persona, se vuelve a encender. Cada uno de nosotros tiene motivos para pensar con profundo agradecimiento en aquellos que han encendido la llama dentro de nosotros.
Gestos, palabras, a veces una mirada, a veces una sonrisa, a veces renuncias a sus planes por tu causa… ¿Lo ves? ¿Cómo lo aprecias? ¿Cómo agradeces lo que recibes?

Agradecemos no solo a las personas. También agradecemos a Dios y, si no puedes agradecerle a Él, agradece a la Tierra, al Sol, a la naturaleza, a los pajaritos por su canto, al aire que llena tus pulmones de vida y al agua sin la cual no puedes existir. Da gracias porque existes, todos existimos por esta coincidencia extraordinaria que casi no pudo haber sucedido y, sin embargo, sucedió y gracias a ella estás aquí. Y una de las tareas a completar es aprender a ser agradecido. Es posible que conozcas el dicho de Albert Einstein que decía que hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.

En el supuesto de que nada sea un milagro, en realidad no tienes nada que hacer. Sin embargo, si ves que todo es realmente un milagro, la gratitud es un impulso natural.

Por lo tanto, aprender y practicar la gratitud puede ser un excelente plan para un final feliz del año que estamos pasando, así como un plan para el que está por comenzar.

Quizás piensas que no tienes nada que agradecer, porque tienes realmente poco y no es como te gustaría o como quisieras. La clave del éxito es darse cuenta de las cosas pequeñas, menudas y cotidianas. El sabor del pan, el olor del café o del té, el sol en la cara, la respiración consciente, la ducha caliente, el hecho de estar caminando, viendo, oyendo … solo que a veces parece que estas son cosas sin importancia, asuntos grises y cotidianos. Alguien te ayudó, sujetó la puerta, ofreció una sonrisa, un niño te miró con sus grandes ojos llenos de inocencia. Viste una pareja enamorada, un avecilla cantando, estrellas en el cielo, una flor abierta… El sentimiento de gratitud es agradable y necesario, nos permite salir de nosotros, del egoísmo y de la mirada concentrada en nosotros mismos. Cuando das gracias, te concentras en otra cosa, por un momento te olvidas de ti y de tus necesidades. Valoras al otro. Esto no tiene precio. CUANTO MÁS TIEMPO ESTÉS AGRADECIDO, MÁS FUERTE TE VOLVERÁS INTERNAMENTE, MÁS CRECERÁS Y TE DESARROLLARÁS.

Quizás aprendas a expresar gratitud, y ese será tu reto de Año Nuevo. Puedes hacerlo usando la palabra GRACIAS, o puedes enfatizar el trabajo, la bondad o notar los esfuerzos de alguien. ¿Empezarás a apuntar aquello por lo que estás agradecido? ¿O tal vez todos los días decidas percibir algo hermoso, mágico, inusual y te sientas agradecido por ello? Tal vez empieces a buscar conscientemente algo por lo que agradecer.

Ocupados en la vida cotidiana, enfocados en lo que no tenemos y nos gustaría tener, la olvidamos fácilmente sin darnos cuenta de que la gratitud es uno de los sentimientos más sanos y necesarios. POR TANTO, QUERIDO LECTOR, ¿POR QUÉ ESTÁS AGRADECIDO HOY? ¿CUÁNDO Y A QUIÉN HAS DADO LAS ÚLTIMAS GRACIAS?

YO TE AGRADEZCO POR LEER ESTE POST Y TE DESEO QUE TENGAS UN SINFÍN DE RAZONES PARA DAR LAS GRACIAS.

Y para este nuevo camino, con el agradecimiento de la mano, te dejo unas cuantas citas más que pueden inspirarte:

Sé agradecido por lo que tienes y terminarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, nunca tendrás suficiente. (Oprah Winfrey)

En la vida ordinaria, apenas nos damos cuenta de que recibimos mucho más de lo que damos y que solo con gratitud la vida se enriquece (Dietrich Bonhoeffer).

Si te concentras en encontrar lo que es bueno en cada situación, encontrarás que tu vida de repente se llenará de gratitud, un sentimiento que nutre el alma. (Rabino Harold Kushner)

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